Este 08 de diciembre, se celebra en el Perú
el "Día del Locutor", fecha en que aquellos hombres y mujeres ligados
al trabajo en los medios de comunicación, aquellos que transmiten su voz a
través de un micrófono celebran su día.
El
día, 8 de diciembre, a nivel nacional no tiene relación con acto alguno que se
relacione con este acontecimiento, sino que se fijó tal festividad, porque se
conmemora el Día de la Inmaculada Concepción, es decir se recuerda al Ángel
Gabriel, en el momento en que anuncia a María, que va a concebir un hijo por
obra y gracia del Señor: O sea, según esta concepción, el primer locutor de la
historia terrenal fue el tan conocido ángel y vaya que tal anunció el que realizó
(no me convence la idea pero que se le hace)
Al
igual que en el periodismo, el locutor ha dejado de ser una persona preparada para enfrentarse al
mundo, para convertirse en el “causha” del barrio que por pura vanidad, floro,
ego, finta, etc quiere que la gente lo conozca a través de la radio, (caen más
flaquitas pues) sin importar en lo absoluto el grado, nivel o preparación para
asumir el delicado compromiso social de ser guía y orientador de miles de
oyentes.
Con
la aparición de las radios concesionarias en la década del ochenta, la labor
del locutor se "prostituyó": Se comenzó la venta irracional de
espacios en las emisoras, cuyos propietarios con la finalidad de hacerse de
recursos económicos que le permitan pagar los gastos de luz, agua, teléfono,
alquiler de local, mantenimiento de equipos y tener algunos sencillos que
llevarse al bolsillo o ahorrarlos, (la calle esta dura) comenzó a alquilar sus horarios al mejor postor. No
importaba (ni importa) en lo mínimo, la calidad, capacidad ni la preparación
debida para empuñar el micrófono y decir lo que se le ocurría al que asumía la
“dirección” del programa.
Ser
locutor, implica una seria responsabilidad para con la comunidad, porque la
"voz" se convierte en guía,
compañía, orientador y transmisor de sentimientos sin igual, para lo cual,
quien cumple esta misión, debe estar debidamente preparado: tener una amplia
cultura general, lo que le permitirá tener facilidad de palabra para poder
esbozar las ideas que pretende transmitir, saber dosificar el aire al momento de respirar para poder
expresar todas las palabras de una oración sin cortes inoportunos o
deformaciones de la idea, tener dominio de la empatía que no es otra cosa que
colocarse imaginariamente en el lugar de quien lo escucha para saber lo que
debe decir y el otro quiere escuchar en el momento oportuno y ofrecerle lo que
el oyente espera de él; y sobretodo, ser natural, es decir no engolar o fingir
la voz.
La
voz grave o varonil ya quedó en el olvido, hoy la espontaneidad es uno de los
principales requisitos, (y eso lo aplaudo) es decir los recursos con que el
locutor cuenta para poder cautivar a su público oyente.
Hoy,
lamentablemente es raro escuchar a verdaderos profesionales en esta labor, que
tristemente hasta hoy, sigue esperando que se llegue a crear esta carrera con
rango universitario, como sucede en otros países en donde incluso, están
agremiados y cuentan con todo tipo de seguros y posibilidades de seguir
perfeccionándose. Contrariamente en el País, aún la locución sigue siendo una
carrera técnica, que sólo se imparte en algunos institutos.
Feliz
día a todos mis colegas locutores, camino que inicie hace poco más de 20 años y
aún sigo trajinado, felicidades a todos aquellos que compartí micrófonos en las
extintas Radios “Fidelidad” “Stereo Sur” “Las Vegas” “Catedral” “El Tiempo” y
las aún vigentes “Súper Stereo” “Victoria” “Karibeña” “Panorama” y por supuesto mi actual casa
“Melodía”.
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