Como
padres es común confundir ambos términos o lo que es peor tendemos a pensar que
son sinónimos, nada más alejado de la realidad, los niños y adolescentes deben
ir educados desde el hogar al colegio a recibir instrucción académica,
científica y humanística y no al revés.
La
responsabilidad de educar a los hijos es nuestra, no del colegio, no del
profesor, no del director, menos del promotor en el caso de colegios privados,
por lo tanto debo escoger un colegio que brinde una instrucción de calidad y
además colabore con la educación que yo le brindo a mi hij@ en casa.
Lógicamente
el colegio seleccionado debe concordar con la escala de valores de mi familia,
no coincidirá al 100%, pero con que sobrepase el 50% creo que es más que
aceptable, discrepo mucho con algunos padres que critican el rol de la iglesia
católica en la sociedad casi hasta la herejía, sin embargo hacen hasta lo
imposible para que su hij@ ingrese a un colegio regentado por una orden o
congregación católica, eso no es ser consecuente con nuestra escala familiar de
valores.
Somos
nosotros los padres quienes establecemos los limites, nosotros trazamos la
línea de lo bueno y lo malo, esa responsabilidad no es del profesor(a), o como
ahora las llamamos “Miss”, una vez trazada esa línea debemos establecer una sólida
alianza con el maestro o maestra para impedir que sea traspasada ya sea en casa
o el colegio.
Es
importante que el maestro o maestra tengan plena autoridad en el aula, sin
temor a que un padre socapador eche a perder todo lo que se quiere lograr, el maestro
no es el enemigo es más bien un aliado de nosotros los padres, pero para ello
el maestro debe estar comprometido con la escalada de valores que el padre
quiere establecer en el niño, la clave está en una comunicación fluida maestro
– padre.
Para tener
educación y no instrucción solamente que es el cumulo de conocimientos (muy
necesarios por cierto) se tiene que
entender esta como algo que va más allá de la excelencia académica, tiene
necesariamente que incorporar la excelencia del alma yademás integrar todos los
mundos del ser humano y no sólo el cognitivo.
Todos queremos una educación de calidad, entonces partamos por quien la entrega y desde ahí el resto se dará como añadidura. Padres y profesores son el origen de la educación, ahí empieza y surge el futuro ser humano que queremos que aporte a nuestra sociedad desde el lugar que su vocación lo indique.
Para educar se
necesita tiempo y sobre todo que los padres aprendamos a tolerar nuestra propia
angustia y profunda desconfianza de que nuestros hijos serán capaces con la
formación que les hemos dado de solucionar sus conflictos con nosotros y sólo
cuando hayan probado todos los recursos propios y no hayan dado resultados
pidamos ayuda, no antes.
Como padrestodos hemos sentido
angustia por saber si estamos educando bien o mal a nuestros hijos y las
sentimos seguramente todos los días y no por eso hay que consultar de inmediato
a un profesional sin ni siquiera mediar antes una conversación para que desde
el amor de los padres pueda salir el camino para descubrir si educamos bien a
nuestros hijos
Creo que los padres hemos delegado,
sobre todo cuando hay dinero, la educación y la formación de nuestros hijos a
un número enorme de profesionales y nosotros cada vez tenemos menos control
sobre la educación de ellos, por eso hagamos una reingeniería familiar en casa porque nuestros hijos al colegio ya
deben ir educados.
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