Esta
columna no será dedicada a la física, química u otra ciencia exacta como podría
suponerse por el título, se refiere más bien a la sensación que la mayoría
tenemos sobre el tiempo, aquel que cada vez se nos hace más esquivo y no nos
permite cumplir con nuestros objetivos en términos del reloj.
No sé si estaré cada vez más viejo, lo cual (no) es cierto, tampoco sé si
eso influye en que cada vez los años se me pasen más rápido. Parece que fue
ayer que sentía que estaba comenzando el año y ya estoy escribiendo para el
final de éste.
Ha sido un año particularmente especial, de aprendizaje diría yo, este año
pude hacer radio, prensa y tv desde distintos puntos: en conducción, dirección,
producción y escribidor también,porque para escritor estoy a veinte mil leguas
de viaje submarino (grande Verne, con quien conocí la pasión por la lectura).
Hay años buenos y de los otros, pero nunca malos, porque siempre se
aprende, este sin duda ha sido uno de maestría en aprendizaje y seguro también para
muchas personas, particularmente dejo en mi cambios internos fuertes y ojalápermanentes.
Estamos llegando al final, y creo que es necesario hacer un espacio para
evaluar, para agradecer lo bueno que ha tenido y poder rescatar los
aprendizajes que las situaciones dolorosas nos deben haber traído.
En mi caso, mi gran aprendizaje ha sido con el autocontrol y sentirme a
gusto conmigo mismo. El aprender a decir puedo pero no quiero, a decir “ya me
aburrí de hacer esto” pedir (ayuda)
cuando la necesite, a reorganizar la agenda y prioridades, e incluso a pedir
disculpas por no poder cumplir lo prometido.
Sin embargo, ha sido un proceso muy gratificante, pedagógico y hasta
didáctico. Ahora, ya soy capaz de agradecerlo y de encontrar que era muy
necesario que probara, que puedo emprender cosas nuevas, pero hay que dejar el barco
antes de llegar al hastío y la presión, independiente de que aún me queda mucho
por avanzar y aprender.
Todos sin lugar a dudas, hemos vivido situaciones emocionales, económicas,
y físicas este año que debemos evaluar y que sería bueno incluso que las
anotáramos para que quedaran registrados nuestros aprendizajes y agradecimientos.
Seria bacán que esto se conversara en familia y todos, desde los niños
pudieran hacer el mismo proceso. Creo que aquí es fundamental expresar los
sentimientos de vulnerabilidad que trajo este año y podamos decir todo lo que
sentimos para que se aproveche la experiencia de analizar y detener el tiempo
para evaluar lo que nos ha pasado este 2014.
Otro punto importante es cuanto entregamos este año, si fuimos capaces de
disfrutar, agradecer, amar, dejar huella y decidir ser felices este año
independiente de los dolores que vivimos. Cuanto sonreímos, cuanto bailamos,
cuantas locuras de las lindas hicimos y tantas cosas que ustedes pueden agregar
a esta lista.
Vamos muchacho(a)sanímense a evaluar, a conversar, a parar el tiempo para
revisar desde lo profundo y lo superficial si este año fue un buen año o fue un
año de grandes aprendizajes. Nunca digamos un mal año, si lo decimos, estaremos
diciendo que no aprendimos nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario