Algunos sucesos en las últimas
semanas que incluye personas cercanas a mí,
me hicieron pensar en cuanto daño hacemos los adultos a los niños (o
adolescentes) arrastrándolos a nuestros problemas, de los cuales ellos deberían
ser ajenos.
Cometemos el error
(me incluyo), entre otros que cometemos, de transferirle a nuestros hijos
muchas de nuestras angustias y problemas, gracias a Dios cada vez es menos
frecuente, pero en esos momentos no me di cuenta que los estaba haciendo crecer
demasiado rápido.
Quizás por eso me
causa preocupación cuando veo niños hacerse cargo de sus padres y escucharlos
decir, “papá deja de tomar”, “mamá ya es hora de almorzar“ mamá no trabajes
tanto te vas a enfermar”, “papá no manejes tan rápido”, etc.
Hoy cada vez es más
frecuente que vea como “viejitos” que intentan regular la conducta de sus
padres , que los retan, supervisan y dirigen frente a padres y madres débiles e
inseguros que permiten incluso el ser regañados por ellos.
Si sólo fuera una
opinión, sería hasta exquisito, pero eso los deja a ellos sin contención , ni
protección. Los padres no debemos ocultar las verdades a nuestros hijos pero
claramente no podemos transferirles todos nuestros problemas porque los
cargamos de angustias innecesarias con las que poco pueden hacer.
Es bueno que nos vean
frágiles, pero con la fuerza de que eso es transitorio y que así como en ese
momento nos ven débiles también tendremos la fuerza para estar bien en otro
momento.
La vida está llena de
buenos y malos momentos, pero ellos deben mantener dentro de lo posible su
niñez, y su necesidad de sentirse contenidos por nosotros es fundamental para
su desarrollo mental.
Otro punto
interesantes espasar tiempo con nuestros hijos, se acabaron las vacaciones ¿les
diste el tiempo necesarioen estos meses? Si lo hicieron pues muy bien, les
aseguro que están recuperando fuerzas con ellos para compartir y evaluar las experiencias vividas y observadas el año
pasado.
No deleguemos responsabilidades a nuestros
hijos que nos competen solo a nosotros, como afrontar una separación, pueda ser
que por circunstancias de la vida no nos llevemos bien con la persona que
alguna vez creímos tener la certeza de pasar toda una vida.
Separemos el rol de Padres y el de Esposos,
dejas de ser esposo pero no dejas de ser padre, no puedes usar a tu hijo como
arma para dañar a la ex pareja, eso solo creo rencor, odio, resentimiento y
todo aquello negativo para la formación de un hombre (o mujer de bien).
Los problemas der adultos los resolvemos los
adultos, de otra forma convertimos en adultos a los niños, si les damos deberes
de adultos es lógico que también exijan derechos de adultos, como ingerir
alcohol, fumar, decidir sobre el consumo de drogas, iniciación sexual, etc.
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