El último
viernes se aprobó el matrimonio igualitario en todos los Estados Unidos, todo
un logro porque hasta hace poco el matrimonio homosexual solo era permitido en
36 Estados (cada Estado tiene su propia legislación), pero con esta normativa se
obliga a todos en los Estados Unidos a aceptar el matrimonio homosexual.
Pero la cosa
no fue fácil, fueron muchas jornadas de debate, luchas y protestas, todo para
culminar en la siguiente declaración: “Ninguna unión es más profunda que el matrimonio,
ya que encarna los más altos ideales de amor, fidelidad, dedicación, sacrificio
y familia. En la formación de una unión matrimonial, dos personas se convierten
en algo más grande de lo que eran. Como algunos de los demandantes de estos
casos han demostrado, el matrimonio representa un amor que puede incluso
perdurar más allá de la muerte. Sería malinterpretar a estos hombres y mujeres
afirmar que faltan el respeto a la idea del matrimonio. Su demanda se produce
porque la respetan, la respetan tan profundamente que tratan de poder llevarla
a cabo ellos mismos. Su esperanza es no estar condenados a vivir en soledad,
excluidos de una de las instituciones más antiguas de la civilización. Piden
igual dignidad a los ojos de la ley. La Constitución les otorga ese derecho”.
Suscribo la declaración americana en el
extremo que el amor es uno solo independientemente del sexo, es absurdo pensar
que solo existe amor en parejas heterosexuales, por lo tanto el matrimonio es
(o debería ser) un acto de amor, y si es su deseo hacerlo legalmente no hay
motivo para negarlo.
En nuestro país hubo un intento similar pero
no prospero, debido en gran parte por presión de grupos católicos y evangélicos
que consideraban (y consideran) una aberración la unión de personas del mismo
sexo, sin embargo El
juez que dio el voto
dirimente para la aprobación del matrimonio homosexual es Anthony Kennedy que, curiosamente
es católico, el escribió a nombre de la opinión mayoritaria, que: “No existe unión más profunda que
la del matrimonio”.
Pero para lograr todo esto se necesitó
voluntad política, voluntad que impulso el Presidente Obama: “…no se va a tener
diferentes jurisdicciones en un país que ahora ofrece la dignidad para parejas
del mismo sexo que se aman. Ellas puedan
tener los mismos derechos en todo el territorio estadounidense. (…) Es una victoria para los gays y
lesbianas que han luchado tanto. Es una
victoria para sus hijos. Para sus aliados, sus amigos, las personas que los han
apoyado. (…) Esta decisión es una victoria para Estado Unidos. (…) La oposición
ha sido en creencias, pero hemos reconocido diferentes puntos de vista.
Entendemos que hay religiones que no creen en estas cosas, pero creemos que los
cambios en los corazones y las personas son posibles. (…) Ante todas las
diferencias, somos una sola gente.”
En Perú se aprobó un proyecto en comisiones que no acepta el matrimonio
homosexual pero establece la “Unión Solidaria” que no es más que una especie de
empresa societaria entre personas naturales, algo así como tú y tu vecino
deciden ahorrar juntos, comprase una casa para compartirla y al final si uno
muere el otra la hereda, pero eso nada tiene que ver con un matrimonio.
Este no ha sido a mi parecer un
triunfo de los gays o lesbianas, fue un triunfo del derecho a la igualdad, y
ojala, alguna vez se de en nuestro país.
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