Desde inicios de la
década de los noventa la minería en el Perú asumió un rol protagónico, y cada vez más importante, dentro del
escenario político y económico nacional. A partir de este punto los
gobiernos implementaron una serie de reformas que pretendían “facilitar las
inversiones orientadas a la exploración de los recursos mineros (…)y a mitigar
los impactos negativos que pudiera tener esta explotación” (Economía y Sociedad
65, CIES, octubre 2007).
Según las
fuentes, al año 2001 se tenía información acerca de 47 conflictos relacionados
a la actividad minera: 38% en el sur del país, 34% en el norte y 28% en el
centro. Para los mismos la minería cobra importancia a partir de fines de la
década de los 50, en la zona sur, con el desarrollo del yacimiento de
Toquepala. La mirada se vuelca a la zona norte con el desarrollo de yacimientos
como Yanacocha, Pierina y Antamina, (Tia Maria no existía ni siquiera en
proyecto) en la década de los 90.
De acuerdo a la fuente (Glave, Kuramoto. 2001) y
su mapa de conflictos, estos se generan de acuerdo a:
· Agua 60%
· Tierra y territorio 15%
· Aire 11%
· Uso alternativo de recursos 6%
· Participación 6%
· Accidente 2%
Para los conflictos agua y tierra y territorio se
tiene que se relacionan con la manera “en que las empresas compraron o
adquirieron las tierras para iniciar sus operaciones”, como en Yanacocha,
Antamina y Tintaya. Los relacionados con la calidad de aire implican lugares de
fundición o refinadoras, La Oroya e Ilo. El uso alternativo del recurso y la
participación se generan por el miedo de la población con que la
actividad minera genere impactos que impidan otras actividades, ya sean reales
o potenciales.Como ejemplo se ubica a Tambogrande, desarrollar la mina
significaba reubicar a la población y a los fundos agrícolas de producción.
Otro ejemplo se dio en Huancabamba (Majaz) ya que la población prefería que se diera
espacio a la actividad turística en las lagunas Huaringas, ubicadas en la parte
alta de la cuenca.
Otro conflicto se genera por el inicio de operaciones
sin previa licencia social, esto ocurre cuando las autoridades autorizan el
funcionamiento pero, como la población no ha sido bien informada se rehúsa a
que se ponga en marcha la mina.
Los conflictos por accidentes, Choropampa, revelan la
falta de previsión de riesgos de la empresa y sus contratistas; Yanacocha es
otro ejemplo por la falta de transparencia en el manejo y la compensación por
el accidente.
Cuando el conflicto se relaciona al agua, se puede
remitir a contaminación por aguas ácidas y el estado de lagos y ríos; empresas
de envergadura involucradas son Doe Run y Tintaya, por deposición de relaves en
Cañipía.
Otro de los
motivos de conflictos sociales relacionados a la minería está relacionado con
la distribución del canon minero, puesto que el 10% va para los gobiernos locales del distrito o distritos donde se
explota el recurso natural. De ello, 30% debe destinarse a la inversión
productiva para el desarrollo sostenible de las comunidades de la zona.
CRITERIOS DE DISTRIBUCIÓN
El Canon será distribuido entre los gobiernos
regionales y locales de acuerdo a los índices que fije el Ministerio de
Economía y Finanzas en base a criterios de Población y Necesidades Básicas
Insatisfechas. Su distribución es la siguiente:
·
El 10% del total de canon para
los gobiernos locales de la municipalidad o municipalidades distritales donde
se explota el recurso natural.
·
El 25% del total de canon para
los gobiernos locales de las municipalidades distritales y provinciales donde
se explota el recurso natural.
·
El 40% del total de canon para
los gobiernos locales del departamento o departamentos de las regiones donde se
explote el recurso natural.
·
El 25% del total de canon para
los gobiernos regionales donde se explote el recurso natural. De este
porcentaje los Gobiernos Regionales deben transferir el 20% a las Universidades
Nacionales de su jurisdicción.
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